Un abogado llamado Renfield (Dwight Frye) viaja hasta Transilvania por una cuestión de negocios con el conde Drácula (Béla Lugosi). Los habitantes del pueblo le advierten de que no vaya al castillo de Drácula ya que creen que en el lugar hay vampiros. Sin embargo, Renfield no les hace caso y va al castillo, donde es recibido por el conde. Ambos dialogan acerca del deseo de Drácula de arrendar una residencia en Londres, ciudad a la que viajará el día siguiente. Esa noche, Drácula hipnotiza al abogado y lo ataca.