Un sacerdote del Antiguo Egipto llamado Imhotep (Boris Karloff) es resucitado cuando uno de los arqueólogos de la expedición que había descubierto su momia, lee en voz alta un papiro que se encontraba junto a ella, que era un conjuro para resucitarlo. Imhotep huye de los arqueólogos llevándose el pergamino que lo había resucitado, y se dirige a El Cairo buscando a la reencarnación de su antigua amada, la princesa Ankhesenamon, que había muerto antes que él. El sacerdote había sido sepultado vivo, como castigo, cuando había intentado resucitarla. Diez años más tarde, el arqueólogo Frank Whemple (David Manners), acompañado de Helen Grovesnor (Zita Johann) encuentra la tumba de la princesa con la ayuda de un misterioso egipcio, llamado Ardath Bey, que era realmente Imhotep asumiendo una apariencia normal. Helen Grovesnor resulta ser extraordinariamente parecida a la princesa, y Ardath Bey la rapta para sacrificarla y momificarla, para que de esta forma la princesa se una a él nuevamente. Ya durante la ceremonia, la muchacha recuerda su vida pasada y lee un papiro con una inscripción que era una oración dedicada a la diosa Isis, buscando salvar su vida. Cuando termina, el papiro arde por autocombustión y la momia de Imhotep se deshace y se convierte en polvo.